Con el mismo frío cuando llegamos a las ocho y media de la mañana, pero con el corazón mucho más contento gracias al calorcito (y los licores) que nos ha dado Mónica Belchi de Destilerías Martes Santo (¡no te pierdas el Rincón con encanto del número 18 de la revista Siente Huelva!), nos disponemos ahora a caminar este pueblito de la Sierra de Huelva.

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En esta ocasión es todo un honor contar con el mismísimo alcalde. Nos acompañará en parte del recorrido, y con María Jesús, que del pueblo sabe mogollón y que está cargo de uno de los puntos fuertes de Higuera, el Museo de la Cabalgata. Como ya nos conocéis y ya sabéis de nuestro carácter gamberrete y un tanto outsider, les pedimos que por favor nos enseñen su pueblo de otra manera. Queremos ir más allá.

Higuera de la Sierra es un pueblo de Reyes. La cabalgata que aquí se celebra es la segunda más antigua de España. Si no has estado, ya estás tardando, porque es un espectáculo digno de disfrutar. Muy, muy diferente a lo que vemos en otras ciudades la víspera de Reyes, cada tractor tira de una escena bíblica de la infancia de Jesucristo. Hasta ahí todo normal, pero es que las escenas están representadas por personas reales, por animales reales y por una escenografía costumbrista y que refleja lo que podría ser la realidad de la época. Un trabajazo el que se pega esta gente. Una maravilla verlo.

Otra de las peculiaridades es que la cabalgata sale de noche. Así que te puedes imaginar el frío de enero en plena sierra para aquellos personajes a los que les toque ir con menos ropa, léase ángel o algún Jesucristo. Nos consta que las visitas al hospital con síntomas de hipotermia son comunes tras el evento. Eso sí, es todo un orgullo para la gente de Higuera poder formar parte de esa cabalgata. Y el frío se hace secundario.

Pero Higuera de la Sierra tiene que ser algo más. Y nosotros estamos aquí para descubrirlo. De momento ya nos hemos llevado el sorpresón con el hallazgo de Martes Santo. Y ahora queremos seguir metiendo la nariz en los entresijos de estas calles blancas y frías. Vamos a ver qué se cuece por estos lares, además de esa archiconocida cabalgata.

Visitamos el museo con María Jesús. Mucho cariño es lo que hay puesto tras esos muros. Aprendemos de la historia de la cabalgata y algunos de sus protagonistas más destacados, como el cura Paco Girón, que ya ha salido varias veces en la conversación. No es para menos. Este hombre fue punto y aparte en la historia no sólo de Higuera, su pueblo natal, sino también de Huelva. Pero esto da para otro artículo.

Cuando salimos del museo, justo al lado del otro museo, el de Martes Santo, avistamos esa preciosa colina con su intento de ermita en el punto más alto. Nos vamos a quedar con las ganas. Queremos ver el pueblo, pero otro día volveremos a dar el paseo por el campo. Nos cuentan que ese monte tiene unos ochocientos metros de altura, así que las vistas deben ser de aúpa.

Higuera de la Sierra es un pueblo de Reyes. La cabalgata que aquí se celebra es la segunda más antigua de España.

Higuera de la Sierra es conjunto histórico-artístico. La respetuosa restauración de estos lugares y el mimo de sus habitantes para con sus viviendas, limpias, blancas, pulcras, encaladas y sin estridencias, le hacen merecedor de tal título. Por eso nos inclinamos más por patearnos sus calles empedradas y vivir en primera persona todo el encanto de sus tradicionales rincones.

Como pasa la mayoría de las veces en la historia, los asentamientos humanos se vertebran en torno al líquido básico para la vida: el agua. No fue distinto en Higuera de la Sierra, cuya estructura gira en torno a tres puntos principales que eran fuentes de agua, manantiales. En torno a esos puntos empieza la vida. Se construyen lavaderos y abrevaderos, fuentes para el agua de casa y poco a poco el bullicio de las gentes va colmando de movimiento aquellos espacios.

Por eso el entramado del pueblo se divide en tres barrios, que son los que vamos a recorrer. Desde la parte más alta a la más baja. Pero nuestra primera parada tras el Museo de la cabalgata es en la Plaza de la Constitución, la principal de Higuera. Llaman la atención sus árboles pelados por el invierno. Plataneras de sombra que en primavera y verano lucen frondosas están ahora recién podadas y con puntos azules por la solución cicatrizante que le aplican. Es una estampa cuanto menos curiosa.

María Jesús nos dirige ahora hacia lo que para ella es el segundo museo de la ciudad, la parroquia de San Sebastián, patrón de Higuera de la Sierra. Y no le falta razón. Tras una sobria fachada se esconden tesoritos únicos. El templo además nos ayuda a entender mejor la historia del lugar. Descubrimos un pasado de esplendor y poderío económico, que hizo posible la reforma de la parroquia en el siglo XVIII. Por eso el estilo gótico del conjunto, que se asienta sobre otro de estilo renacentista.

La estructura del pueblo gira en torno a tres puntos principales que eran fuentes de agua, manantiales.

Eran tiempos de bonanza gracias a la industria del corcho. Y los pudientes se volcaron con su pueblo. El altar mayor es una maravilla, con esculturas de Sebastián Santos y una figura que es la más antigua del templo, una pequeña virgen que data de 1620. Como curiosidad contaros que la llaman la Virgen del Olvido, pues quedó guardada en un arcón durante las obras de remodelación y allí permaneció “olvidada” hasta que alguien la redescubrió años más tarde y le dio el lugar que merecía.

Otro punto que llama la atención es que la parroquia alberga pinturas de la época de autores del mismo pueblo, lo cual no es algo habitual. Nos referimos por ejemplo a Juan Ruiz Soriano y a Alonso Miguel de Tovar, gran copista de Murillo y muy reconocido. Santa Justa, Santa Rufina o la Virgen de la Servilleta son algunas obras que descansan en estos muros.

Nuestros detalles favoritos: una sagrada familia de valor incalculable, tallada en marfil y de la que no se conoce exactamente su origen, aunque se sospecha que la trajo un emigrante. Y cómo no, los frescos descubiertos tras la cal y que llevan directamente a aquel pasado renacentista del templo.

Salimos de nuevo a la luz del día y vamos a caminar ahora hacia un sitio muy estratégico, la parte más alta de este conjunto histórico, donde se encuentran la Plaza de Toros, la ermita del Cristo del Rosario y uno de los puntos de agua principales (ya en desuso). Así que avanzamos por la calle Señor, pasamos por Biblioteca Municipal y llegamos a este cruce de lugares.

Esto es volver al pasado, imaginarnos cómo se vivía por aquel entonces. Mágico tocar y sentir esas piedras y esas paredes que antaño cumplieron una función esencial.

Preciosos esos lavaderos, con techado de madera perfectamente restaurado. Ese pilar que sí conserva aún agua, la fachada de la ermita y la Plaza de Toros. Esto es volver al pasado, imaginarnos cómo se vivía por aquel entonces. Mágico tocar y sentir esas piedras y esas paredes que antaño cumplieron una función esencial.

El Cristo que alberga la ermita que tenemos ahora ante nuestros ojos es la imagen más antigua de Higuera de la Sierra. Data del siglo XIV y tiene otra historia peculiar detrás.

¿Por qué le llaman el Cristo del Rosario si no lleva rosario? Pues porque su nombre en origen es Cristo del Osario, haciendo referencia al camposanto que en tiempos había junto al templo. Pero hay más. Hace un tiempo una sevillana popular lo rebautizaba como el Cristo Torero, por la razón obvia de que está junto a la Plaza de Toros.

Tenemos ganas de ver esta Plaza por dentro y así lo hacemos. María Jesús nos abre la puerta y nos reciben dos perrillos pequeños con muchas ganas de juego. Es chiquitina pero muy cuca. Al igual que la parroquia de San Sebastián, sus muros blancos hablan de historia, de aquella bonanza económica del siglo XVIII que también permitió que este lugar fuera restaurado y ampliado. Así pasó a manos privadas, de algunas de las familias pudientes que aún la tienen en su poder, aunque es el Ayuntamiento quien la cuida y gestiona.

La reapertura e inauguración más reciente viene de la mano, cómo no, del cura Paco Girón, muy aficionado a los toros y amigos de dos grandes, como son El Litri y Diego Puerta, el torero con récord de cornadas (58 nada menos). Los tres dieron el pistoletazo de salida a una nueva y fructífera etapa que trajo a Higuera a las personalidades más importantes del mundo del toreo.

Recoletos jardines de casas perfectamente cuidadas, hogares solariegos de un pasado hermoso y con poderío.

Preciosas las vistas desde lo alto de la Plaza de Toros. Recoletos jardines de casas perfectamente cuidadas, hogares solariegos de un pasado hermoso y con poderío. Nos está sorprendiendo la historia de este sitio, sencillo pero con mucho arte.

Al salir de la Plaza de Toros empezamos a escuchar un soniquete que nos lleva a otra época. Es un vendedor ambulante de los que ya no se van casi en la ciudad. Éste vende algo muy importante para los fríos días de invierno en Higuera. Nos referimos al carbón y la carbonilla, para las estufas o copas de cisco, muy necesarias en esta estación del año. Su voz nos acompañará ya el resto del paseo.

Y a ritmo de: “¡Carbón y carbonilla!” nos topamos con una preciosa ventana mudéjar en la calle Paco Girón, a la espalda de la Plaza de Toros. Nos dirigimos ahora a una calle que le encanta a María Jesús. Normal, es muy bonita. La particularidad es que una de las fachadas tiene adheridos riscos, salvajes y rudos, sobre los que sentarse y avistar el precioso paisaje serrano. Esto, para los niños, es mejor que cualquier parque infantil. Muy divertida la calle Pinzón.

Nuestro último lugar no está lejos y se trata de una calle muy alta con una gran escalinata que lleva a la parte más baja de Higuera de la Sierra. Este pueblo merece mucho la pena. Ha sido todo un placer pasear por sus calles, conocer a esta gente estupenda.

Y como guinda final nos invitan a unas tapas riquísimas en el Jacaranda, un local que no os podéis perder. Ingredientes locales y de calidad y preparaciones innovadoras que terminan de alegrarnos esta fría mañana en un pequeño rincón encantador de la sierra de Huelva. ¡Nos vemos el año que viene, el 6 de enero! La cabalgata no nos la perdemos.

 

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