El Rocío ya está aquí. Sin duda uno de los momentos más esperados del año en Huelva y en los corazones de miles y miles de personas, que vienen de todos los rincones del país e incluso de fuera de nuestras fronteras a vivir y a sentir la romería onubense más conocida internacionalmente, la de El Rocío.

Antes de continuar leyendo te recomendamos que vayas al artículo ‘Siente El Rocío’ de este mismo blog en el que te explicamos en qué consiste esta romería. 

En esta ocasión hablaremos de El Rocío de una forma diferente, y no lo vamos a hacer nosotros, sino vosotros. El Rocío contado por rocieros/as. ¿Quién puede hacerlo mejor que quien lo ha vivido y sentido en primera persona? A partir de este momento vas a leer testimonios de personas que han querido compartir con todo el mundo sus vivencias, sus experiencias y sus sensaciones, algo que en ocasiones no es fácil de expresar. Todos coinciden en que, sencillamente, la romería de El Rocío hay que vivirla.

el-rocio

1) ¿De dónde viene tu devoción rociera?

Rafael Alcaide: Mi devoción rociera viene por parte de mi familia. Mi tío, Pepe González (hermano de mi madre), puso la tradición de la petalada de flores en la puerta del Ayuntamiento, entre otras cosas. Preparaba los carros y me llevaba cuando yo era un niño a hacer flores y a vivir ese gran ambiente días previos a la salida de la hermandad de Huelva. Hoy lo recuerdo con gran cariño. Hacía el camino con lo que tenía y allí no faltaba ni sobraba nadie. Todos querían ir con él con la alegría que desprendía. Sus únicas vacaciones en su trabajo las cogía para ir a El Rocío. En mi casa El Rocío se vivía todo el año, ya que el sentimiento hacia la virgen era siempre y la necesitamos tener cerca. Ahora mismo, con mi familia me pasa lo mismo e intento inculcárselo a mi hija.

María Molina: La verdad es que no lo sé. En casa no es que sean muy rocieros, mi tío sí, y quizás destacaría la fe de las abuelas y de mi madre, pero no que vayan a la romería en sí. Creo que me viene un poco de haberlo vivido yo personalmente. Mi primer camino fue con 16 años y ya me quedé marcada.

Lolichi Martínez: Porque soy creyente y me encanta vestirme de gitana. Durante el año siempre voy al Rocío a ver a la Virgen.

Rafael Ballesteros: La devoción rociera viene hace unos 20 años, empezó con una promesa. Y se vive todo el año, ciertamente.

Jose Horno: Mi devoción rociera viene de mis padres. Ellos me empezaron a llevar cuando tenía 4 ó 5 años. Se vive durante todo el año, la romería es simplemente un momento más en tu devoción pero se vive cualquier fin de semana que te puedes escapar a ver a la virgen o cuando toca ir con tu hermandad a la peregrinación.

Lorenzo Rodríguez: Viene de mi familia. La primera vez que fui al Rocio tenía 7 años, en el año 1981. Hoy tengo 44. El Rocío se vive todo el año. La Virgen está los 365 días para nosotros.

Carmen Soto: Mis abuelos maternos son almonteños, por lo que de no ser rociera me habrían dejado de hablar o me desheredan. Eso es broma, claro. Mis abuelos me han criado y tengo hasta recuerdos de mi abuela cantándome sevillanas rocieras para dormirme en lugar de canciones de cuna. Al tener una casa en el Rocío, nosotros vivimos nuestra fe todo el año. Incluso viviendo en Sevilla, si por ejemplo voy a pasar un fin de semana a Matalascañas es obligatorio para mí pararme en el Rocío a la ida o la vuelta a rezarle a la virgen.

Sandra Carsten: Pues viene desde que llegué a Huelva y me enseñaron las vivencias alrededor de la romería, sobre todo desde la Hermandad de Huelva. Ver la procesión de la Virgen en Almonte, después su posterior traslado al Rocío… me nacieron sentimientos que nunca había tenido y que hacen que me lleve todo el año soñando con que llegue el día para salir hacía la aldea y ver la salida de la Virgen el domingo por la noche.

Javier González: Mi devoción rociera viene desde pequeñito. Mi familia siempre ha seguido su fe cristiana por medio de la devoción mariana, en especial por la virgen del Rocío, aún recuerdo cuando fuimos al Rocío para la visita del Papa Juan Pablo II. Todos los años visitábamos en varias ocasiones la ermita, y comprábamos un paquete de velas para pedir por nuestros seres queridos bajo la mirada de la Virgen que nos protege. También recuerdo los momentos vividos con los compañeros del colegio cuando el profesor nos llevaba a ver el paso de las carretas de la Hermandad del Rocío de Huelva y disfrutar de la alegría que transmitían a la hora de emprender ese camino hacia la ermita.

Yo me considero cristiano creyente. Durante muchos años he vivido El Rocío desde la barrera pero hace seis años, mi amigo Ángel me invitó a acompañarle durante el segundo día de camino andando por esas arenas llenas de sentimiento y fraternidad. Fueron tantos los sentimientos encontrados, emociones a flor de piel en los cantos en la charca, que cuando llegué a la ermita le pedí a la Divina Pastora que cuidase de mi familia y de mí, y si lo hacía volvería el siguiente año peregrinando a verla. Fue una experiencia completamente de hermandad, durante el camino cualquier persona se acercaba a ti por si necesitabas algo, no existía diferencia entre nosotros, porque todos teníamos el mismo objetivo: ver a la Virgen del Rocío.

2) ¿Qué le dirías a alguien que nunca haya estado? ¿Por qué debe conocer El Rocío y la Romería de El Rocío?

Rafael Alcaide: A la gente que nunca ha estado le diría que eso hay que vivirlo, no se lo puede contar nadie, no sería lo mismo. En El Rocío no existen clases sociales, esa es una magia que tiene. Tampoco hay leyes, no hay horas, no existe el reloj y eso hoy en día es algo impensable.

María Molina: Básicamente porque creo que desde fuera lo que se ve no es lo que se vive (y lo entiendo). Creo que la verdadera esencia se vive dentro, hablo de mí personalmente que si no hubiera ido tantos años creo que lo vería de otra forma. También por mis amigos de Granada, que cuando han venido han empezado a verlo de una forma más pasional. Principalmente por eso, porque lo que se vive no se puede explicar contado realmente y entiendo que las opiniones desde fuera sean de lo más variopintas.

Lolichi Martínez: Es una romería espectacular donde destacan el cante, el baile y sobre todo la hospitalidad. Para mí lo más bonito del Rocío es el camino, se viven momentos preciosos como  cuando en la acampada nocturna se acercan las peñas y se le canta al simpecacado.

Rafael Ballesteros: El Rocío, el camino del Rocío de la Hermandad de Huelva, es una vivencia que no se puede explicar en tres líneas, pero todo el que conozco que lo ha hecho (da igual que sea de Huelva, Madrid, o Chile, que conozco a uno, chileno), todo el que lo hace, repite… Será por algo.

Jose Horno: A la romería del Rocío se tiene que ir porque es algo que engancha. Se viven momentos que no los da otra fiesta. Está claro que hay de todo, pero la mayoría son personas que realmente le tienen devoción a la virgen y se rinden a ella para que les ayude. Esos momentos que se viven de hermandad son irrepetibles.

Lorenzo Rodríguez: El Rocío es un lugar único. Fuera de la romería es espectacular. Se respira paz. Llegas, observas, respiras… Y a los cinco minutos te has enamorado del lugar. En cuanto a la Romería, diría que viviesen el camino con una hermandad. Y el domingo, lunes con la Virgen. Que lo vivan cerquita de Ella.

Carmen Soto: A alguien que no haya estado le diría que no se deje sugestionar por las cosas que oye. Hay muchos comentarios nocivos sobre cosas que realmente hacen tres o cuatro personas. Además que para juzgar algo primero hay que probarlo. El Rocío de por sí es muy diferente a cualquier lugar que puedas encontrar en otro sitio de España. Las marismas de Doñana vistas desde el paseo que están junto a la ermita son preciosas. Y con la Romería lo que ocurre es que es algo quizás cerrado a gente que no se haya criado en el catolicismo, o para ser más exacto, que se hayan criado en la devoción a la virgen del Rocío. Pero supongo que pasa igual que con cualquier otra hermandad.

Sandra Carsten: Que venga y lo viva, pero posiblemente corra el mismo riesgo que yo, que cuando conozca y viva estas cosas, no pueda dejar de venir.

Javier González: Quien no haya estado, le recomendaría que fuera cualquier día del año y vea la devoción que le tienen a la virgen. Da igual ser creyente o no, la virgen rodeada por su marisma del coto de Doñana y su gente te harán vivir cosas nunca sentidas. La romería de El Rocío es necesario vivirla para conocer de cerca a sus peregrinos, sus promesas, su ambiente, que les hace volver a ver a la virgen año tras año. El Rocío sirve para descubrir la forma de amar al prójimo como hizo Jesús, es un estilo de vida que te engancha si lo vives con pasión y dando vida.

3) ¿Cuáles son los momentos más especiales de la Romería?

Rafael Alcaide: El momento más especial de El Rocío es principalmente cuando la virgen sale. Llevamos todo el año esperando verla en la calle, visitando cada una de las hermandades. Otro gran momento es la presentación ante ella con mi hermandad. La convivencia con todas las personas que están en la aldea es otro de los grandes momentos: allí se comparte todo y eso es hermandad.

María Molina: Para mí sin dudarlo es el de la charca. No puedo explicar el porqué, simplemente es lo que siento, quizás porque yo siempre he basado mi romería principalmente en el camino con mi hermandad y mi peña.

Lolichi Martínez: Los momentos más importante son el Rosario, y por supuesto la salida de la Virgen.

Rafael Ballesteros: Los mejores momentos para mí son la salida de la Hermandad de Huelva, la noche en la Matilla y misa rociera, la llegada a la charca, y la entrada en el Rocío por el barrio de las gallinas. Y por supuesto la visita a la ermita a verla.

Jose Horno: Para mí los momentos más importantes son los del camino, el paso Del Río quema con mi hermandad, la llegada a Villamanrique, o la entrada en El Rocío. Otro momento son esos nervios que tienes antes de que salga la virgen ese domingo de madrugada. Cuando sale y la ves delante de ti son sensaciones que no se pueden explicar.

Lorenzo Rodríguez: El más especial es sin duda cuando la Virgen está en la calle, y en particular estar con Ella en mi hermandad (Huelva). Y el camino completo, que lo hago andando junto a mi Simpecao.

Carmen Soto: Para mí, aunque sea un cliché, el mejor momento es cuando se canta la salve rociera en la misa de romero. Siempre se me pone la piel de gallina.

Sandra Carsten: Pues los días previos a la salida, todos los preparativos como el arreglo del carro, preparar los trajes, los nervios propios… Y por supuesto ver a la Virgen en la aldea toda la noche.

Javier González: Depende de cada Hermandad del Rocío, pero me quedaría con tres momentos de la Romería. El primero sería la peregrinación, es bonito ir hacia la ermita en peregrinación para pedirle protección a la virgen un año más; El segundo momento es entrar con el simpecao en la charca, y cantarle la salve mientras te acuerdas de tus seres queridos, al grito de ‘Huelva, Huelva’; La procesión de la virgen por las calles de la aldea, todos quieren tocarla, todos quieren llevarla al hombro, pero nadie mejor que sus hijos del pueblo de Almonte de donde es patrona.

Deja un comentario